Parábola de la
semilla que germina sin saber cómo. (Mc 4,26-29) |
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[Ahora
será san Marcos, en definitiva, el mismo san Pedro, quien nos da a conocer esta
breve pero importante parábola. Dice san Marcos]:
SOLO
TEXTO CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO
—“Así es el Reino de Dios, como cuando un hombre echa la semilla
en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día; y la semilla germina y
va creciendo, sin que él sepa cómo. Por sí misma la tierra fructifica, primero
hierba, luego grano lleno en la espiga. Y cuando el fruto brinda consigo, luego
echa la hoz, porque está a punto la mies”.[1]
[1]
Se puede
sembrar y morir sin ver el fruto en esta vida, pero tus buenas obras te
acompañarán allí donde vayas. La renta del buen hacer es para siempre. Una
buena acción se prolonga más allá de lo que entendemos como tiempo. En Dios
todo es eternidad y la buena voluntad de un hombre o de una mujer en el bien
querer y hacer, transciende el tiempo y de esto, se benefician otras
generaciones, en este y en el otro mundo.

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