TEMA 110 SOLO TEXTO

TEMA 110   El joven rico. (Mt 19,16-30; Mc 10,17-31; Lc 18,18-30)
[Se ha concordado, haciendo “encaje de bolillo”, para llegar a una sola redacción que integre, en sí misma, tres lecturas con singularidades manifiestas de cada uno de los Sinópticos. Leemos]:
TEXTO CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO
Cuando salía para proseguir mi camino, he aquí que cierta persona principal corriendo hacia mí y arrodillándose, me preguntaba:
—“Maestro Bueno, ¿qué he de hacer de bueno para obtener la vida eterna?”.
Le dije:
—“¿A qué preguntas sobre lo que es bueno? ¿A qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Mas si quieres entrar en la Vida, guarda los mandamientos”.
Díceme:
—“Cuales”.
Contesté:
—“Conoces los mandamientos:
“No matarás, no adulterarás, no robarás, no dirás falso testimonio, no defraudarás, honra al padre y a la madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Y respondiendo, díjome el joven:
—“Maestro, todas estas cosas las guardé desde mi juventud. ¿Qué más necesito?”
Fijando en él la mirada, le amé, y le dije:
—“Una cosa te falta: si quieres ser perfecto, ve, vende todo cuanto posees y dalo a los pobres, y poseerás un tesoro en el cielo; y vuelto acá, sígueme, cargando con la cruz”.
Como el joven oyera éstas mis palabras, se puso muy triste y frunciendo el ceño se marchó malhumorado, porque era enormemente rico y poseía muchos bienes. Viéndole marchar, echando en torno una mirada dije a mis discípulos:
—“En verdad os digo, ¡cuán difícilmente los que poseen riquezas entran en el Reino de Dios!”.
Ellos se asombraban al oír mis palabras. Pero de nuevo tomando la palabra les dije:
—“Hijos, de nuevo os digo: ¡cuán difícil es que los que tienen puesta su confianza en las riquezas entren en el Reino de Dios!”.
Ellos más y más se pasmaban, diciéndose entre sí:
—“¿Quién, pues, podrá ser salvo?”
Fijando en ellos la mirada les dije:
—“Para los hombres, imposible, mas no para Dios; que para Dios todo es posible”.
Entonces tomando Pedro la palabra, me dijo:
—“Mira, nosotros lo dejamos todo y te seguimos; ¿qué habrá, pues, para nosotros?”
Le contesté:
—“En verdad os digo que vosotros, que me seguisteis, al tiempo de la regeneración, cuando se sentare el Hijo del hombre en el trono de su gloria, os sentaréis también vosotros sobre doce tronos para juzgar las doce tribus de Israel. Y todo aquel que dejó casas, o hermanos o hermanas, o padre o madre, mujer o hijos, o campos, por causa de mí, de mi nombre, por el Reino de Dios y por el Evangelio, recibirá el ciendoblado ahora en este tiempo, en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, junto con persecuciones y en el siglo venidero poseerá en herencia la vida eterna. Y muchos primeros serán postreros, y muchos postreros. 
COMENTARIO
El Corazón de Cristo se enamoró de este joven. Dios le hace una declaración pública de amor a un hombre. Le pide a este muchacho que le siga de manera tan directa como no lo hemos visto en el resto del Evangelio. La perfección en el hombre, la santidad suprema consiste fundamentalmente en el abandono de todo amor terreno, de todo amor a las cosas para guardar el corazón solo para Dios, que pide que se le siga cargando con la cruz, con la cruz de cada día. Entiendo que he de seguirlo con la cruz mía y la Cruz de Dios que son una sola Cruz. 
“Para los hombres, imposible, mas no para Dios; que para Dios todo es posible”. Para Dios todo es posible y esto es una luz de esperanza para el que no la tiene. A donde el hombre no puede llegar llega Dios. Dios puede llegar hasta el corazón más despreciable según el juicio de los hombres. Bendito sea el Dios de la Misericordia que no da a nadie por perdido porque todo es posible para Él. 
He puesto, en una sola pantalla, las tres redacciones de san Mateo, san Marcos (San Pedro) y san Lucas, sabiendo que solo san Lucas no es testigo directo de este acto. Me dispongo a relacionar las partes del texto que los diferencia y que a su vez descubren la personalidad del autor y el objetivo de su escrito:
1.   San Mateo, pone en boca de este hombre una pregunta tal como esta: Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para obtener la vida eterna? Sin embargo, san Marcos y san Lucas nos lo muestran de diferente manera: Maestro Bueno, ¿qué he de hacer para poseer la vida eterna?
2.    San Marcos, dice que vino corriendo y se arrodilló ante Jesús.
3.   Si san Mateo no nos hubiera dicho que era un joven, más bien hubiéramos entendido que tal hombre ya era maduro.
4.  San Lucas inicia su texto advirtiéndonos de que era una persona principal de aquel pueblo. Si bien, san Mateo y san Marcos manifiestan que este hombre tenía muchos bienes, lo cierto es que san Lucas especifica más: era enormemente rico.
5.   El joven, responde al Maestro, que siempre guardó los Mandamientos. Y he aquí que, quien no lea a san Marcos se pierde un detalle entrañable, de esos que dejan huella a la lectora o lector del Evangelio. El versículo que nos conmueve es: Jesús, fijando en él la mirada, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y poseerás un tesoro en el cielo, y vuelto acá, sígueme, cargando con la cruz.
6.   Por san Mateo y san Lucas, sabemos que el joven quedó entristecido por la suprema demanda del Maestro, pero será san Marcos quien nos muestre que este muchacho, más que entristecerse por las palabras oídas, se malhumoró y con el ceño fruncido se marchó lentamente y meditabundo por el mismo camino por el que vino corriendo y alegre.
7.    Como vemos, esto no ha acabado bien. A los testigos les ha embargado un sentimiento de frustración y cierto abatimiento. Jesús, toma la palabra manifestando lo difícil que les va a resultar a los ricos entrar en el Reino de los Cielos. Al ver que sus discípulos se escandalizan se reafirma en esta incuestionable verdad, pero solo san Marcos nos presentará a Jesús con un Corazón entrañable de Padre aclarando conceptos a sus oyentes: Hijos, ¡cuán difícil es que los que tienen puesta su confianza en las riquezas entren en el reino de Dios!
8.   Cuando Jesús, reitera, de nuevo, con el ejemplo del camello tratando de pasar por el ojo de una aguja, que la ambición por las riquezas incapacita para ir al cielo, los discípulos se pasmaron preguntándose por quién podrá salvarse y entonces observamos que Jesucristo empleará un gesto como no lo hemos visto en el Evangelio: “Fijó en ellos su mirada”. Esto lo sabremos por san Mateo y san Marcos. Después Jesús dirá: Para los hombres, imposible, mas no para Dios; que todo es posible para Dios. Afirmación que estará en los tres Evangelios.
9.  Será san Pedro quien manifieste a Jesús que lo abandonaron todo por seguirle. La contestación que le da Jesús se recoge en los tres textos, sin embargo, será san Marcos quien nos confirme las dos causas que lo justifican: Dijo Jesús: En verdad os digo, nadie hay que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campo por causa de mí y por causa del Evangelio.
10. Por último, dejo a la reflexión del que está leyendo, que san Lucas añade a las exigencias, que implica el seguimiento de Cristo, el abandono, si fuere preciso, de hasta la propia mujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario