[Se ha concordado, haciendo “encaje de bolillo”,
para llegar a una sola redacción que integre, en sí misma, tres lecturas con
singularidades manifiestas de cada uno de los Sinópticos. Leemos]:
TEXTO
CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO
Cuando salía para proseguir mi camino, he
aquí que cierta persona principal corriendo hacia mí y arrodillándose, me
preguntaba:
—“Maestro Bueno, ¿qué he de hacer de bueno
para obtener la vida eterna?”.
Le dije:
—“¿A qué preguntas sobre lo
que es bueno? ¿A qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Mas si
quieres entrar en la Vida, guarda los mandamientos”.
Díceme:
—“Cuales”.
Contesté:
—“Conoces los mandamientos:
“No matarás, no adulterarás, no robarás, no dirás falso
testimonio, no defraudarás, honra al padre y a la madre, y amarás a tu prójimo
como a ti mismo”.
Y respondiendo, díjome el joven:
—“Maestro, todas estas cosas las guardé desde
mi juventud. ¿Qué más necesito?”
Fijando en él la mirada, le amé, y le dije:
—“Una cosa te falta: si
quieres ser perfecto, ve, vende todo cuanto posees y dalo a los pobres, y
poseerás un tesoro en el cielo; y vuelto acá, sígueme, cargando con la cruz”.
Como el joven oyera éstas mis palabras, se
puso muy triste y frunciendo el ceño se marchó malhumorado, porque era
enormemente rico y poseía muchos bienes. Viéndole marchar, echando en torno una
mirada dije a mis discípulos:
—“En verdad os digo, ¡cuán
difícilmente los que poseen riquezas entran en el Reino de Dios!”.
Ellos se asombraban al oír mis palabras. Pero
de nuevo tomando la palabra les dije:
—“Hijos, de nuevo os digo:
¡cuán difícil es que los que tienen puesta su confianza en las riquezas entren
en el Reino de Dios!”.
Ellos más y más se pasmaban, diciéndose entre
sí:
—“¿Quién, pues, podrá ser salvo?”
Fijando en ellos la mirada les dije:
—“Para los hombres,
imposible, mas no para Dios; que para Dios todo es posible”.
Entonces tomando Pedro la palabra, me dijo:
—“Mira, nosotros lo dejamos todo y te
seguimos; ¿qué habrá, pues, para nosotros?”
Le contesté:
—“En
verdad os digo que vosotros, que me seguisteis, al tiempo de la regeneración,
cuando se sentare el Hijo del hombre en el trono de su gloria, os sentaréis
también vosotros sobre doce tronos para juzgar las doce tribus de Israel. Y
todo aquel que dejó casas, o hermanos o hermanas, o padre o madre, mujer o
hijos, o campos, por causa de mí, de mi nombre, por el Reino de Dios y por
el Evangelio, recibirá el ciendoblado ahora en este tiempo, en casas,
hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, junto con persecuciones y en el
siglo venidero poseerá en herencia la vida eterna. Y muchos primeros serán
postreros, y muchos postreros.
COMENTARIO
El Corazón de Cristo se
enamoró de este joven. Dios le hace una declaración pública de amor a un
hombre. Le pide a este muchacho que le siga de manera tan directa como no lo
hemos visto en el resto del Evangelio. La perfección en el hombre, la santidad
suprema consiste fundamentalmente en el abandono de todo amor terreno, de todo
amor a las cosas para guardar el corazón solo para Dios, que pide que se le
siga cargando con la cruz, con la cruz de cada día. Entiendo que he de seguirlo
con la cruz mía y la Cruz de Dios que son una sola Cruz.
“Para los hombres, imposible, mas no para Dios; que
para Dios todo es posible”. Para
Dios todo es posible y esto es una luz de esperanza para el que no la tiene. A
donde el hombre no puede llegar llega Dios. Dios puede llegar hasta el corazón
más despreciable según el juicio de los hombres. Bendito sea el Dios de la
Misericordia que no da a nadie por perdido porque todo es posible para Él.
He puesto, en una sola pantalla, las tres
redacciones de san Mateo, san Marcos (San Pedro) y san Lucas, sabiendo que solo
san Lucas no es testigo directo de este acto. Me dispongo a relacionar las
partes del texto que los diferencia y que a su vez descubren la personalidad
del autor y el objetivo de su escrito:
1. San
Mateo, pone en boca de este hombre una pregunta tal como esta: Maestro,
¿qué he de hacer de bueno para obtener la vida eterna? Sin embargo, san
Marcos y san Lucas nos lo muestran de diferente manera: Maestro Bueno,
¿qué he de hacer para poseer la vida eterna?
2. San
Marcos, dice que vino corriendo y se arrodilló ante Jesús.
3. Si san
Mateo no nos hubiera dicho que era un joven, más bien hubiéramos
entendido que tal hombre ya era maduro.
4. San
Lucas inicia su texto advirtiéndonos de que era una persona principal de
aquel pueblo. Si bien, san Mateo y san Marcos manifiestan que este hombre tenía
muchos bienes, lo cierto es que san Lucas especifica más: era enormemente
rico.
5. El
joven, responde al Maestro, que siempre guardó los Mandamientos. Y he aquí que,
quien no lea a san Marcos se pierde un detalle entrañable, de esos que dejan
huella a la lectora o lector del Evangelio. El versículo que nos conmueve es: Jesús,
fijando en él la mirada, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende
cuanto tienes y dalo a los pobres, y poseerás un tesoro en el
cielo, y vuelto acá, sígueme, cargando con la cruz.
6. Por
san Mateo y san Lucas, sabemos que el joven quedó entristecido por la suprema
demanda del Maestro, pero será san Marcos quien nos muestre que este muchacho,
más que entristecerse por las palabras oídas, se malhumoró y con el ceño
fruncido se marchó lentamente y meditabundo por el mismo camino por el que
vino corriendo y alegre.
7. Como
vemos, esto no ha acabado bien. A los testigos les ha embargado un sentimiento
de frustración y cierto abatimiento. Jesús, toma la palabra manifestando lo
difícil que les va a resultar a los ricos entrar en el Reino de los Cielos. Al
ver que sus discípulos se escandalizan se reafirma en esta incuestionable
verdad, pero solo san Marcos nos presentará a Jesús con un Corazón entrañable
de Padre aclarando conceptos a sus oyentes: Hijos, ¡cuán difícil es que
los que tienen puesta su confianza en las riquezas entren en el reino de
Dios!
8. Cuando
Jesús, reitera, de nuevo, con el ejemplo del camello tratando de pasar por el
ojo de una aguja, que la ambición por las riquezas incapacita para ir al cielo,
los discípulos se pasmaron preguntándose por quién podrá salvarse y entonces
observamos que Jesucristo empleará un gesto como no lo hemos visto en el
Evangelio: “Fijó en ellos su mirada”. Esto lo sabremos por san
Mateo y san Marcos. Después Jesús dirá: Para los hombres, imposible,
mas no para Dios; que todo es posible para Dios. Afirmación que
estará en los tres Evangelios.
9. Será
san Pedro quien manifieste a Jesús que lo abandonaron todo por seguirle. La
contestación que le da Jesús se recoge en los tres textos, sin embargo, será
san Marcos quien nos confirme las dos causas que lo justifican: Dijo
Jesús: En verdad os digo, nadie hay que haya dejado casa, o hermanos, o
hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campo por causa de mí y
por causa del Evangelio.
10. Por
último, dejo a la reflexión del que está leyendo, que san Lucas añade a las
exigencias, que implica el seguimiento de Cristo, el abandono, si fuere
preciso, de hasta la propia mujer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario