[Hechos, como el que ahora vamos a leer,
descritos con tan semejantes palabras de san Mateo, san Marcos y san Lucas, son
lo que justifican que a estos evangelistas se le denomine: “Sinópticos”. El desparpajo intelectual con el Cristo maravilla a
sus adversarios nos maravilla también a nosotros, los hombres y mujeres del
siglo XXI. Leemos]:
TEXTO
CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO
Los fariseos que se retiraron, tomaron
consejo cómo me armarían lazos para cogerme en palabras, a fin de poderme
entregar al poder y jurisdicción del gobernador. Y habiendo estado en acecho,
enviaron unos espías, discípulos suyos, que representasen el papel de hombres
justos. Y junto con los herodianos, se presentaron a mí y me interrogaron,
diciendo:
—“Maestro, sabemos que eres veraz y que
hablas con rectitud y enseñas el camino de Dios en verdad y no tienes respetos
humanos, porque no eres aceptador de personas; dinos, pues, ¿qué te parece?
¿Nos es lícito dar tributo al César o no? ¿Lo damos o no lo damos?”
Conociendo su bellaquería les dije:
—“¿Por qué me tentáis,
farsantes? Traedme y mostradme la moneda del tributo”.
Ellos me presentaron un denario. Y les dije:
—“¿De quién es esa imagen e
inscripción?”
Dícenme:
—“Del César”.
Les dije entonces:
—“Así, pues, restituid al
César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”.
Y no lograron cogerme en
palabra delante del pueblo, y, maravillados de mi respuesta, se callaron y,
dejándome, se fueron.
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