TEMA 159 SOLO TEXTO

TEMA 159   Presentación ante Pilato.  (Jn 18,28-38; Lc 23,2-7; Mt 27,11-14; Mc 15,2-5)
[Será san Juan quien más y mejor nos informa de este encuentro entre Pilatos y Jesús. Pero también ha costado un poco concatenar los versículos que dan lugar a esta redacción del texto que acabamos de leer. Ha valido la pena el trabajo concordante que nos presenta una sola redacción en estilo autobiográfico. Jamás se había hecho de esta manera.]
TEXTO CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO
Fui llevado, pues, desde Caifás al pretorio. Era el amanecer. Ellos no entraron en el pretorio, para no contraer contaminación que les impidiese comer la Pascua. Salió, pues, Pilato afuera a ellos, y dice: 
—“¿Qué acusación traéis contra este hombre?” 
Respondieron y le dijeron: 
—“Si Este no fuera malhechor, no te lo hubiéramos entregado”.
Díceles, pues, Pilato: 
—“Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra ley”. 
Dijéronle, pues, los judíos: 
 —“A nosotros no nos es permitido dar muerte a nadie”. 
Se cumpliría la palabra que Yo dije, significando de qué muerte había de morir. Comenzaron a acusarme, diciendo: 
—“A Este hemos hallado amotinando nuestra gente, y prohibiendo dar tributo al César y diciendo que es el Mesías Rey”. 
Entró, pues, Pilato otra vez en el pretorio y me llamó. Comparecí delante de él y me interrogó diciendo: 
—“¿Tú eres el Rey de los judíos?” 
Respondí: 
—“¿De ti mismo dices tú esto, o bien otros te lo dijeron de mí?” 
Contestó Pilato: 
—“¿Por ventura soy yo judío? Tu nación y los pontífices te entregaron a mí; ¿qué hiciste?” 
Le dije: 
—“Mi Reino no es de este mundo. Si de este mundo fuera mi Reino, mis ministros lucharían para que Yo no fuera entregado a los judíos. Mas ahora mi Reino no es de aquí”.
Díjome, pues, Pilato: 
—“¿Luego Rey eres Tú?” 
Respondí: 
—“Tú lo dices: Yo soy Rey, Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio a favor de la verdad. Todo el que es de la verdad oye mi voz”. 
Dice Pilato: 
—“¿Qué es verdad?” 
Dicho esto, de nuevo salió a los judíos, y dijo a los sumos sacerdotes y a las turbas: 
—“Yo no hallo en este hombre delito alguno”.  
Mas los sumos sacerdotes siguieron acusándome de muchas cosas y Yo nada respondía. Pilato de nuevo me interrogaba diciendo: 
—“¿No respondes nada? ¿No oyes cuántas cosas testifican contra Ti?” 
Pero Yo no respondí ya nada más, ni una sola palabra, hasta el punto de maravillarse Pilato en extremo. Ellos insistían con fuerza, diciendo: 
—“Amotina al pueblo, enseñando por toda la Judea y habiendo comenzado por Galilea ha llegado hasta acá”. 
Pilato, como lo oyese, preguntó si Yo era galileo. Y entendiendo que era de la jurisdicción de Herodes, me remitió a Herodes, que estaba también en Jerusalén por aquellos días.

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