TEMA 162 SOLO TEXTO

TEMA 162   Me flagelaron y coronaron de espinas. (Lc 23,23-25; Mt 27,26-30; Mc 15,15-19; Jn 19,1-3)
TEXTO CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO
Sus voces se hacían más violentas. Pilato, pues, queriendo dar satisfacción a la turba, dio orden de que se efectuase su demanda. Soltó al que demandaban, al que por motín y homicidio había sido echado en la cárcel, soltó a Barrabás. Después, Pilato ordenó que me azotasen. 
Cuando terminó la flagelación de los soldados del gobernador, me condujeron dentro del palacio o pretorio y se reunieron en torno de mí toda la cohorte. Me quitaron los vestidos que Yo llevaba y me envolvieron en una clámide de grana, trenzaron una corona de espinas y me la ciñeron sobre la cabeza, poniendo en mi mano derecha una caña. Y así, venían a mí y me hacían acatamiento y se mofaban, diciendo: 
—“¡Salud Rey de los judíos!” 
Y dándome bofetadas y escupiendo sobre mí, tomaron la caña y me golpeaban la cabeza con ella. 
COMENTARIO
He leído, pausadamente, este pasaje. Me siento incapaz de hacer un comentario que pueda servirle a alguien que, también, haya leído, como yo, semejante infamia. No obstante, sirva la relación siguiente para constatar los diferentes puntos de vista de los cuatro evangelistas que intervienen en este apartado:
1. Según san Lucas, Pilato entregó a Jesús a la voluntad de los judíos. No menciona la horrible flagelación.
2. La flagelación debió ser paroxística, dejó al Reo medio muerto. El cuerpo de Jesús quedó tronchado, como un gusano, empapado de sangre y con las costillas casi a flor de la piel rota a jirones. Un acto feroz e inhumano. ¿Dónde estará la mano que así flageló a mi Dios?
3. San Mateo y san Marcos, nos dicen que, ya flagelado, los soldados lo arrastran al interior y reunida la cohorte (unos 100 soldados) se burlaron de este Hombre que lloraba y gemía en un inimaginable dolor de su cuerpo y de su alma.
4.San Mateo, dice que lo desnudaron, para su vergüenza. Después le pusieron una clámide de púrpura.
5. San Mateo, san Marcos y san Juan, manifiestan que la soldadesca hizo una corona de espinas y se la embutieron en la cabeza. Mateo y Marcos especifican que le pusieron, además, una caña en la mano derecha y que se mofaban de Él doblando la rodilla. Mateo y Marcos dirán también, que le escupieron, que le cogieron la caña y le daban golpes en la cabeza con ella.
6. Solo san Juan añadirá que, además, le daban bofetadas.
7. San Mateo, san Marcos y san Juan escribirán las mismas palabras con las que la soldadesca saludaba al Reo: ¡Salud, Rey de los judíos!
8. Este episodio ocurrió dentro del pretorio, es decir dentro del palacio del gobernador. ¿Quién informó, tan detalladamente, a los evangelistas? ¿Fueron cuatro diferentes personas? ¿Fue una sola persona? Yo creo que la información provino de una sola persona que, seguramente, como nosotros, quedó profundamente impresionada de tanta saña y barbarie. De seguro que esta mujer u hombre murió cristiano, que es alguien, implícitamente invocado, que me ve y me oye, alguien vivo y no muerto, que ha leído, o está leyendo o va a leer, lo mismo que hemos leído nosotros.

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