TEMA 39 SOLO TEXTO

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TEMA 39
Mi Madre y mis hermanos. (Mt 12,46-50; Mc 3,31-35; Lc 8,19-21)


SOLO TEXTO CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO

Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando vinieron mi Madre y mis hermanos, que deseaban hablarme; y no pudiendo por razón de la mucha gente llegar hasta mí, se quedaron afuera, y me mandaron razón. Alrededor de mí se encontraba la gente sentada y díjome uno:

—“Mira que tu Madre y tus hermanos y tus hermanas están afuera deseando verte”.

Yo, le contesté a quien me hablaba:

—“¿Quién es mi Madre y quienes mis hermanos?”

Y extendí la mano sobre mis discípulos, que alrededor mío estaban sentados, y echando en torno una mirada sobre ellos, dije:

—“Ahí tenéis a mi Madre y a mis hermanos. Pues el que hiciere la Voluntad de mi Padre que está en los cielos, el que escucha la palabra de Dios y la pone en obra, este es mi hermano, mi hermana y mi Madre”.[1]

COMENTARIO DEL INGENIERO

Los tres mencionan esta visita de la Madre de Jesús, que vino a encontrarse con su Hijo acompañada de sus familiares más cercanos. Estamos en Cafarnaúm y yo me pregunto: ¿Estos parientes de Jesús son los mismos que en el apartado anterior manifestaban su desequilibrio? Los evangelistas aseguran que los acompañantes de la Virgen María eran sus hermanos. San Marcos dirá: sus hermanos y sus hermanas. ¿Cuántos eran? No lo sabemos. La palabra “hermano”“hermana” ha de entenderse como el pariente cercano, pues en el lenguaje semítico de la época esta palabra se empleaba lo mismo para el hermano que para el primo. La Inmaculada Virgen María engendró, solo una vez, a un Hijo, a su Jesús.

Es probable que los parientes de Jesús a los que se refiere el apartado anterior no sean los que aparecen en este episodio. En el anterior, a los que piensan que Jesús no está en sus cabales, se les llama parientes. En este episodio, los mismos evangelistas, llaman, a los familiares que acompañan a la Virgen, hermanos y hermanas. Los más allegados a Jesús y María, vinieron con la Madre a visitar a su querido Jesús. No los imagino dudando de la integridad mental del Hijo de María, al que tanto amaban.



[1] “Quien escucha mi palabra y la guarda, quien cumple la Voluntad de mi Padre, es para mí todo lo que más quiero”.

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