TEMA 61 SOLO TEXTO

TEMA 61   Discusión con los escribas y fariseos. (Mt 15,1-20; Mc 7,1-23; Jn 7,1)
[Jesús ya tiene dificultades para anunciar el Reino de Dios. En la Judea ya le buscan para acabar con su vida. Abandona, pues, este territorio y se emplaza en la Galilea. No obstante, desde la Judea le persiguen los escribas y fariseos que se confunden entre la multitud que sigue a Cristo escuchando palabras que jamás habían oído. Leemos]:
TEXTO CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO
Tras esto anduve por Galilea, pues no quise estar por la Judea, ya que los judíos me buscaban para matarme. Se acercaron a mí unos escribas y fariseos venidos de Jerusalén y viendo a algunos de mis discípulos comer su pan con las manos no lavadas- porque los fariseos y todos los judíos, si no se lavan las manos a fuerza de puños, no comen, aferrados a la tradición de los ancianos; y al volver de la plaza, si primero no se bañan, no comen; y hay otras cosas cuya observancia recibieron por tradición, lavatorio de copas, jarros, vajilla de cobre, lechos…- me preguntaron:
—“¿Por qué no caminan tus discípulos conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen su pan con manos profanas?”
Yo, les dije:
—“Muy bien profetizó Isaías de vosotros, farsantes, según está escrito:
“Este pueblo me honra con los labios, mas su corazón anda lejos de mí; es vano el culto que me rinden, enseñando doctrinas, preceptos de hombres”.
Dejando a un lado el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. Anuláis por las buenas el mandamiento de Dios, para mantener vuestra tradición.
 Porque Moisés dijo:
 “Honra a tu padre y a tu madre”, y “El que maldijere al padre o a la madre, muera sin remisión”.
Vosotros empero decís:
“Si un hombre dijere al padre o a la madre: Queda declarado KORBAN, que, es decir: ofrenda, todo lo mío que pudieras reclamar en tu provecho”, no le dejáis ya hacer nada por el padre o por la madre, rescindiendo la palabra de Dios con vuestra tradición que os transmitisteis de unos a otros; y semejante a éstas en este género hacéis muchas cosas”.
Dirigiéndome a la muchedumbre les dije:
  —“Escuchadme todos y entended. No lo que entra en la boca ensucia al hombre; mas lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. Quien tenga oídos para oír escuche”.
Y dejando a la gente, entramos en casa, y llegándose mis discípulos, me dijeron:
—“¿Sabes que los fariseos al oír tales palabras se escandalizaron?”
Les dije:
—“Todo plantío que no plantó mi Padre celestial será arrancado de raíz. Dejadlos: son ciegos, guías de ciegos; y si un ciego guía a un ciego, ambos dos caerán a la hoya”.
Tomando Pedro la palabra, dijo:
—“Maestro decláranos la parábola que dijiste a la gente”.
Le contesté:
—“¿También vosotros tenéis tan poca inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no es capaz de contaminarle, pues que no entra en su corazón, sino en su vientre, y de allí va a parar a la letrina? Todos los alimentos son puros. Mas las cosas que salen de la boca, del corazón salen, y éstas son las que contaminan al hombre. Porque de dentro del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos: fornicaciones, hurtos, homicidios, adulterios, codicias, maldades, dolo, libertinaje, mal ojo, maledicencia, soberbia, privación del sentido moral; todas esas cosas malas de dentro salen y contaminan y ensucian al hombre; que el comer con las manos sin lavar no ensucia al hombre”.
COMENTARIO
Como se puede apreciar, la Concordancia solo ha usado, en este pasaje, un versículo de san Juan (Jn 7,1). Un corto párrafo con el que se pone en conocimiento, de quien está leyendo, la pretensión de los judíos de Jerusalén: quieren asesinar a Jesús.
San Lucas no nos ha dejado nada de este comienzo del año 3º de la predicación pública de Jesús. La concatenación de los textos de san Mateo y san Marcos da lugar a la única narración que acabamos de leer. ¿Qué comentario puedo añadir a unas palabras divinas, tan meridianas y entendibles para cualquier mente humana, sea cual sea su cultura?

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