[Jesús ya tiene dificultades para anunciar el
Reino de Dios. En la Judea ya le buscan para acabar con su vida. Abandona,
pues, este territorio y se emplaza en la Galilea. No obstante, desde la Judea
le persiguen los escribas y fariseos que se confunden entre la multitud que
sigue a Cristo escuchando palabras que jamás habían oído. Leemos]:
TEXTO
CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO
Tras esto anduve por Galilea, pues no quise
estar por la Judea, ya que los judíos me buscaban para matarme. Se acercaron a
mí unos escribas y fariseos venidos de Jerusalén y viendo a algunos de mis
discípulos comer su pan con las manos no lavadas- porque los fariseos y todos
los judíos, si no se lavan las manos a fuerza de puños, no comen, aferrados a
la tradición de los ancianos; y al volver de la plaza, si primero no se bañan,
no comen; y hay otras cosas cuya observancia recibieron por tradición,
lavatorio de copas, jarros, vajilla de cobre, lechos…- me preguntaron:
—“¿Por qué no caminan tus discípulos conforme
a la tradición de los ancianos, sino que comen su pan con manos profanas?”
Yo, les dije:
—“Muy bien profetizó Isaías
de vosotros, farsantes, según está escrito:
“Este pueblo me honra con
los labios, mas su corazón anda lejos de mí; es vano el culto que me
rinden, enseñando doctrinas, preceptos de hombres”.
Dejando a un lado el
mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. Anuláis por las
buenas el mandamiento de Dios, para mantener vuestra tradición.
Porque Moisés dijo:
“Honra a tu padre y a tu madre”,
y “El que maldijere al padre o a la madre, muera sin remisión”.
Vosotros empero decís:
“Si un hombre dijere al
padre o a la madre: Queda declarado KORBAN, que, es decir: ofrenda,
todo lo mío que pudieras reclamar en tu provecho”, no le dejáis ya hacer
nada por el padre o por la madre, rescindiendo la palabra de Dios con vuestra
tradición que os transmitisteis de unos a otros; y semejante a éstas en este
género hacéis muchas cosas”.
Dirigiéndome a la muchedumbre les dije:
Y dejando a la gente, entramos en casa, y
llegándose mis discípulos, me dijeron:
—“¿Sabes que los fariseos al oír tales
palabras se escandalizaron?”
Les dije:
—“Todo plantío que no
plantó mi Padre celestial será arrancado de raíz. Dejadlos: son ciegos, guías
de ciegos; y si un ciego guía a un ciego, ambos dos caerán a la hoya”.
Tomando Pedro la palabra, dijo:
—“Maestro decláranos la parábola que dijiste
a la gente”.
Le contesté:
—“¿También vosotros tenéis
tan poca inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre
no es capaz de contaminarle, pues que no entra en su corazón, sino en su
vientre, y de allí va a parar a la letrina? Todos los alimentos son puros. Mas
las cosas que salen de la boca, del corazón salen, y éstas son las que
contaminan al hombre. Porque de dentro del corazón de los hombres, salen los
malos pensamientos: fornicaciones, hurtos, homicidios, adulterios, codicias,
maldades, dolo, libertinaje, mal ojo, maledicencia, soberbia, privación del
sentido moral; todas esas cosas malas de dentro salen y contaminan y ensucian
al hombre; que el comer con las manos sin lavar no ensucia al hombre”.
COMENTARIO
Como se puede apreciar, la Concordancia solo
ha usado, en este pasaje, un versículo de san Juan (Jn 7,1). Un corto párrafo
con el que se pone en conocimiento, de quien está leyendo, la pretensión de los
judíos de Jerusalén: quieren asesinar a Jesús.
San Lucas no nos ha dejado nada de este
comienzo del año 3º de la predicación pública de Jesús. La concatenación de los
textos de san Mateo y san Marcos da lugar a la única narración que acabamos de
leer. ¿Qué comentario puedo añadir a unas palabras divinas, tan meridianas y
entendibles para cualquier mente humana, sea cual sea su cultura?
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