TEMA 65 SOLO TEXTO

TEMA 65   La señal del cielo y la levadura de los fariseos. (Mt 15,39; Mt 16,1-12; Mc 8,10-21)
[Sigue el curso cronológico del Evangelio unificado, en este caso, con solo los textos de san Mateo y san Marcos. Leemos]:
TEXTO CONCORDADO Y AUTOBIOGRÁFICO
Una vez despedida la turba, subí a la barca con mis discípulos y vinimos a la región de Dalmanuta y Magadán. Y saliendo los fariseos y saduceos comenzaron a discutir conmigo, demandándome alguna señal procedente del cielo, con ánimo de tentarme. Les dije:
-Al caer la tarde decís:
“Habrá buen tiempo, porque el cielo se arrebola con aspecto sombrío”.
El semblante del cielo sabéis discernir, ¿y las señales de los tiempos no podéis?”
Gimiendo en mi Espíritu, dije:
—“¿Para qué esta generación demanda una señal? En verdad os digo, una generación perversa y adúltera reclama una señal, y señal no se le dará sino la señal de Jonás”.
Dejándoles, embarcando de nuevo, me fui a la ribera opuesta. Mis discípulos se habían olvidado de tomar panes y solo tenían un pan en la barca. Yo les prevenía diciendo:
—“Tened ojo y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos y de la levadura de Herodes”.
Ellos entre sí discurrían:
—“Que no hemos tomado panes…”
Advirtiéndolo les dije:
—“¿A qué viene el discurrir entre vosotros, menguados de fe, sobre que no tenéis panes? ¿Todavía no reflexionáis ni entendéis? ¿Tenéis encallecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos, no veis, y teniendo oídos, no oís? ¿No recordáis, cuando partí los cinco panes entre los cinco mil, cuántos canastos llenos de pedazos recogisteis?”
Dijeron:
—“Doce”.
—“Y cuando los siete entre los cuatro mil, ¿cuántas espuertas llenas de pedazos recogisteis?”
Dicen:
—“Siete”.
—“¿Cómo no caéis en la cuenta de que no os hablé de panes? Guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos”.
Comprendieron entonces que habían de guardarse de la doctrina de los fariseos y saduceos.[1]
COMENTARIO
Invito, a quien está leyendo, que abra sus Evangelios por este pasaje y vea cómo san Marcos nos muestra el estado de ánimo que debió de asistir a Jesús cuando ha de contestar a unos fariseos que le demandan una señal y a unos discípulos mezquinos y sin Fe. Así es, dice san Marcos:
Y salieron los fariseos y comenzaron a discutir con él, demandando de él alguna señal procedente del cielo, con ánimo de tentarle. Y gimiendo en su Espíritu, dice:
“¿Para qué esta generación demanda una señal? En verdad os digo, no se dará señal a esta generación”.
Cristo gime, se siente dolido ante la maldad de sus adversarios. Se entristece al comprobar que su mensaje no es entendido. Se vuelve a sus discípulos para hallar comprensión y ¿con qué se encuentra?: Con unos hombres pusilánimes, incapaces de comprender el sentido sobrenatural de los milagros que han contemplado. Dice, apesadumbrado, Jesús:
"¿No comprendéis todavía?"
Ya hemos leído muchas páginas. A mí, también, se me ocurre hacerle esta misma pregunta:
¿No comprende todavía?




[1] ¿A quién se escogió Jesús como ayudantes? ¡No lo entendían! Solo Dios no puede desmoralizarse con semejantes discípulos. En cualquier caso, el Corazón de Cristo tenía motivos para entristecerse. La ramplonería mental de la que hacemos gala los que nos contemplamos creyentes, cristianos, se pone de manifiesto cada día, cada hora, cada minuto. Somos imprevisibles, capaces de lo mejor y de lo peor. Dios espera toda una vida con tal de ganarse a un hijo en un minuto. Cristo redime al hombre con su vida, su muerte y sus tristezas, éstas que propiciamos con nuestra mezquindad.

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